OBJETUAL Caracas (2008)
por Marialejandra Maza

El proyecto OBJETUAL es una oportunidad para estudiar y visualizar las relaciones que se establecen entre dos lenguajes propios del mundo de las artes como son lo objetual y lo corporal.

Con el arte objetual los artistas tratan de acortar las distancias entre la creación y el hábitat del hombre a través de la incorporación -no representación- de objetos del entorno con los que se logran establecer las relaciones sujeto-objeto-consumo. Por otra parte, en el performance, el cuerpo es un objeto de creación vital que nos introduce en las diversas posibilidades de producir rupturas entre los parámetros formales de lo representado y lo presentado dentro del mundo de las artes plásticas, así como hacernos reflexionar sobre el carácter efímero de una creación que se presenta en un tiempo y un lugar determinado. Se caracteriza también por ser multidisciplinario. Tanto en el arte objetual como en el arte corporal los artistas intentan establecer estrategias que propician el acercamiento entre la estética y la vida humana.

En la muestra OBJETUAL Caracas se presentan performances que son el resultado de las convivencias¹ entre el sujeto-artista y el objeto–almohada. Esta acción de convivencia es irrepetible: cada uno de los once artistas venezolanos participantes en la experiencia contó con la oportunidad de vivir durante tres días y tres noches con una almohada manteniéndola a su lado tanto en lugares privados como en espacios públicos, estableciéndose en ellos vínculos "objeto-corporales" significativos y afectivos que fueron registrados en videos, dibujos, fotografías, relatos e incluso bocetos de proyectos que se publicaron en la web.

La publicación de dichas convivencias tenía como objetivo mostrar a la comunidad nacional e internacional un desarrollo que trasciende sus límites físicos y temporales para insertarse como una manifestación artística desarrollada desde una red de comunicación digital. Esos mismos registros, digitalizados y mostrados a través de un medio virtual, son parte fundamental de los procesos plásticos de este performance prolongado que fue concebido e iniciado por el artista chileno Leonardo González. Por lo anterior podemos decir que OBJETUAL nos propone una ruptura conceptual y práctica del arte objetual para presentarnos una fase transdisciplinaria de varios lenguajes plásticos.

Es así como con la idea de desarrollar un performance prolongado que se ejecuta en diversos territorios, se gestan enlaces internacionales que evidencian las relaciones de otredad y enriquecen el valor polivalente del objeto almohada, además fortalece las posibles relaciones aleatorias que se gestan entre los activadores del objeto dentro del mismo país o entre otros países.

En Venezuela los artistas convocados para el proyecto asumen los retos y reciben la almohada: un objeto que pasa a ser sujeto y viceversa, gracias a la convivencia que cada artista tuvo con ella. Se transforma también, potencialmente para el mundo, en un enlace con otras culturas, con otros pueblos, personas, amigos… Se logran establecer y concretar diálogos que los llevaran en su conjunto al entendimiento práctico y teórico de las herramientas que se pueden asumir desde cada uno de sus lenguajes plásticos.

El “objeto-sujeto” almohada es el medio de unión entre diferentes culturas y visiones, es el producto secuencial de una serie de enfoques particulares de las vivencias, desde el origen de la idea misma del proyecto hasta la conciencia del desarrollo. La acumulación física de la convivencia entre los once artistas venezolanos y la almohada: deformaciones, olores y manchas son el resultado del vínculo que creó cada uno con ella. Paseos en auto, compras en el supermercado, la almohada en bicicleta, la almohada “conduciendo” un vehículo, un objeto a veces humanizado por sus acciones y funciones, como en el caso de la propuesta presentada por Marcos Mujica quien “carga de emociones” a la almohada dotándola de rasgos removibles.

Ignacio Pérez, por su parte logra establecer hipótesis entre aspectos visuales, conceptuales y vivenciales del ser sujeto y su relación con la cosa objeto. Él poco a poco va desintegrando ese mundo objetual y contradictoriamente sensorial hasta llegar al mundo de los significados, estableciendo acciones mentales que se traducen en ideas asociadas a la pertinencia y permanencia de los "objetos signos" como poseedores de múltiples significados. Asimismo logra ejecutar esquemas mentales que dan paso al desarrollo de relaciones visuales significativas y conceptuales que le permiten llegar a una revisualización de la cosa objeto y tomar conciencia del estado de dependencia del objeto con el sujeto y viceversa.

Aidana Rico, Consuelo Méndez, Kevin Orellanes y Katerina Ríos se propusieron un estudio previo del significado de la palabra almohada, dando así inicio a una convivencia en la ausencia del objeto. Este planteamiento advierte la posibilidad de generar ideas con la inmaterialidad del mismo, también permite el desarrollo de una ilusión o un ideal de la almohada que quizás no corresponde con la verdadera almohada con la que les tocó convivir. Esa ausencia se siente en el planteamiento de Katerina Ríos al establecer relaciones conceptuales que confrontan la especificidad del espacio habitable con el espacio de encuentro o la acción del encuentro como ese enlace entre el sujeto y el objeto llegando a concretar lo que llamaremos un "mensaje objetual íntimo". Consuelo Méndez, por su parte, investiga el significado de la palabra “almohada”, para luego apropiarse del objeto a través de una acción femenina de limpieza o purificación para, posteriormente, coser una funda y bordar sobre ella tapando la apariencia real del objeto-sujeto almohada. En cambio Aidana Rico, se propone la anulación conceptual y física del objeto almohada y de su cuerpo para crear un tercer elemento al que denomina “la almohada cuerpo” o “el cuerpo almohada”. Con esta fusión, se cancela la relación objeto-sujeto y se propone el surgimiento de una unidad que se define física y mentalmente en la existencia de un cuerpo que también es objeto y al cual se le han asignado características funcionales muy propias del género femenino.

La almohada también significó un “objeto ansiado” generador de ilusiones, tal es el caso del artista Esmelyn Miranda que ante tal ilusión contrapuso un pensamiento de incompatibidad que facilitó un estado de distancia entre el objeto y el artista. Miranda comentó: “difícil convivencia con un objeto que pudiera llegar a ser sutil”, “no es un objeto tentador para mí”. Las diferencias entre lo deseado y lo obtenido produce dudas, negaciones e incertidumbre… ¿De qué manera la cotidianidad, lo habitual y lo objetual se relacionan? Es posible que este artista a través de su propuesta nos aproxime a esos parámetros vividos. Él trabaja con la ilusión o idea del objeto, más no con el objeto en sí mismo.

Otra manera de abordar el objeto fue a través del estudio de su apariencia utilizando los cinco sentidos, y fue así como Kevin Orellanes llega a comprender, reflexionar y visualizar al hombre como el accionador y gran poseedor de objetos; él también concientiza el poder del hombre al poseer el criterio para asignarle al objeto funciones ilimitadas que logran desplazar la función primaria del mismo.

Como lo advierten la mayoría de los artistas participantes en la muestra, la almohada se transformó en un objeto habitable, ella contiene dentro la huella del sentir y la experiencia de mucha gente: contiene la humanidad de todas esas personas que le han tocado y además representa tiempo a través de cada una de sus texturas, olores y colores. En cambio para Fidel Pirona la almohada es un lugar de hábitat para otros seres, “los ácaros”; este pensamiento presenta a la almohada como un objeto de peligro, un posible accionador de enfermedades. Pero la almohada también fue comprendida como una extensión del cuerpo de los artistas, ella se transformó en un objeto fetiche, freudiano, libidinoso y sentimental al ser considerada un adjunto de la materia corporal de cada artista. Renny Barrios asume la integración de su cuerpo y la almohada: “así juntos integramos un solo cuerpo a manera de ensamblaje”; como una fusión entre la objetualidad y la subjetividad, quizás el cuerpo se transformó en objeto y el objeto en cuerpo.

Entender al objeto almohada como un accionador de pensamientos ilimitados y descontextualizarlo fue la iniciativa que Julián Higuerey desarrolla en su convivencia, es un objeto que fue extraído de su contexto y colocado en otro muy diferente al que pertenece. Las reacciones de las personas al ver una almohada fuera de su lugar habitual fue la acción detonante para que este artista realizará sus reflexiones. Por otra parte Higuerey le otorgó un lugar de mucha importancia a la presencia del tiempo: el transcurrir de las horas al lado de ese objeto fue importante, el tiempo, el lugar y sus acciones eran elementos fundamentales para este artista.

Por su parte Macjob Parabavis, el último en realizar la convivencia, asumió a la almohada como un objeto activador potencial de significados. Además la tomó como un objeto receptor, conductor y almacén de aspectos personales asociados al subconsciente. Él se distancia del objeto como un hecho estético y lo toma como un elemento o una herramienta cargada de nobles potencialidades que facilitan la activación y la creación de asociaciones significativas infinitas.

En su conjunto OBJETUAL nos muestra el desvanecimiento de las fronteras disciplinarias, de los espacios (público-privado), de las propuestas, de los artistas, pero también nos permite visualizar un objeto y unos cuerpos que van siendo utilizados como herramientas de creación que lograron abordar y desbordar sus limitaciones dentro de la escena de la plástica mundial. Por otra parte, el hecho de comunicar y vivenciar paralelamente las experiencias en otros escenarios y ejecutores, nos convoca a profundizar el sentido colectivo, la unidad en la diversidad de vivencias así como de lo común en la diferencia. Reafirma así la conexión entre la diversidad de lo individual y la singularidad de lo común. Es íntimo y es público.

Y OBJETUAL continúa entre el cuerpo, el concepto, el objeto, el ambiente y la humanización de esa almohada que ahora se dirige a otros destinos en los que la pluralidad de pensamientos le deparará otras acciones y funciones propias de un objeto que ha sido descontextualizado y utilizado como objeto activador de reflexiones y creaciones que forman parte de un performance extendido, prolongado y ampliado.


Marialejandra Maza
Investigadora independiente de Arte Contemporáneo


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1. Las convivencias en Venezuela se iniciaron el 3 de febrero del 2008 y culminaron el 7 de marzo del mismo año.


Marialejandra Maza. Caracas, Venezuela, 1974. Licenciada en Artes, Universidad Central de Venezuela. Diez años de experiencia en museos, específicamente ha trabajado en la Galería de Arte Nacional, desempeñando diversas funciones relacionadas con proyectos educativos, proyectos especiales y eventos-exposiciones ejecutados conjuntamente con artistas nacionales e internacionales. En la actualidad, forma parte del equipo que trabaja en la Fundación Museos Nacionales, Galería de Arte Nacional, en la Gerencia de Investigación y Exposiciones, donde investiga, apoya y trabaja en pro del desarrollo de los nuevos lenguajes plásticos de su país. Ha trabajado en colecciones privadas, es representante de artistas plásticos venezolanos como Fernando Irazabal (artista informalista) y Diego Barboza (artista conceptual). Ha sido asesora, jurado y equipo de trabajo en festivales, salones y encuentros nacionales e internacionales relacionados con arte contemporáneo venezolano. Vive y trabaja en Caracas.

Contacto: artencontrado@gmail.com
Web: http://artencontrado.multiply.com


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