OBJETUAL Caracas
Documentación de Convivencias

Convivencia 6
Renny Barrios
Del Lunes 18 al Jueves 21 de Febrero de 2008

Anotaciones

Comentario de la convivencia:

Del lunes 18 de febrero al jueves 21.

Me enferme en la madrugada del día Domingo para amanecer el Lunes 21, exactamente el día que me correspondía recibir en intercambio la Almohada, según el cronograma del proyecto “Objetual”. Mi malestar y mi indisposición física era tan grande, que tuve que enviar a Yosmaira Silva, en mi lugar para recibir la almohada de manos de Julian Higuerey.

El día de recibimiento del Objeto y los dos días siguientes de vivencia, Martes 19 y Miércoles 20, resultaron para mi de absoluta “convivencia tortuosa”. A causa de la fiebre continua y los constantes escalofríos. No podía dormir, estaba solo en mi casa y me sentía tan débil que apenas podía sostener la cámara fotográfica para realizar algún registro o imagen.

No podía separarme mucho de la cama, ya que mi estado exigía un prolongado reposo y descanso. Lo cual me impedía descontextualizar el objeto de su función habitual, siendo una de las ideas iniciales que habían pasado por mi mente al iniciar el proyecto.
A pesar de ello, me adapté a la situación. Si esa eran las condiciones reales dadas por el tiempo y las circunstancias, el sentido común me indicó enfocarme hacia una actitud anímica más flexible y permeable a fin de sacar el mayor provecho posible a la situación adversa.
. . .Me dolía mucho la cabeza, sentí ganas de abandonar el proyecto. Quería posponerlo, quería huir…

Tome la almohada entre mis manos, la froté contra mi pecho explorando las distintas sensaciones que producía en mi piel su contacto, ya fuese tenue o intenso. Recorrí mis, piernas, y mi espalda en una especie de dialogo sensual a modo de ritual íntimo, cual si la almohada tuviese alguna propiedad de sanar mis dolencias y penas.

Reflexioné sobre la relación, enfermedad-abrazo. O afecto-calor. Estos días de convivencia se vieron muy ligados a dos elementos en especiales: agua (orinaba continuamente y a consecuencia de las fiebres mis necesidades de hidratación eran muy abundantes) y calor producto de la fiebre, mi cuerpo continuamente estaba hirviendo, mientras la almohada estaba allí, presente como un testigo presencial de todos mis cambios y transformaciones fisiológicas.

El día Jueves 21, correspondía mi entrega de relevo a Consuelo Méndez. Ese día me sentía un poco mejor, me bañe temprano en confidencia con la almohada, así juntos integramos un solo cuerpo a manera de ensamblaje para disfrutar al unísono del agua de la ducha, del jabón y del champú.
Ese día fue muy especial, fue cuando pude salir a otro ambiente de relación con el objeto, caminar por la calle, sentarme en un autobús junto a ella, cambiármela de brazos, mostrarla a otras personas de mi cotidianidad. La lleve a mi trabajo, y a la clase de Danza donde mis compañeros la conocieron y pudieron estrecharla entre sus dientes!!...

Al salir de la clase, tenía una invitación de unos amigos del IUESAPAR a una muestra expositiva: “Espacio Común”, en el Banco Industrial de Venezuela. No perdí tiempo y aproveche la oportunidad de llevar la almohada a la exposición.
En este caso enlacé un elemento de mis trabajos performáticos, (Quitarme los zapatos y caminar descalzo, por tiempo indefinido) ahora en conexión con la almohada, con el objetivo de crear una situación simbólica particular, que trasgredía aquel evento con la aparición repentina de un individuo descalzo que sostenía a su costado una almohada sucia y desgastada, mientras miraba los cuadros de dicha exposición.

Seguidamente, me puse de pie sobre la almohada y la emplee como una especie de
trapo que lustraba el piso de la Galería, mientras avanzaba con ella. En un mensaje explícito de necesidad de limpieza de esos espacios viciados por un arte elitesco y coleccionable de artistas emergentes cuyos objetos pueden ser bien vendidos.

Al salir de la galería, mi fui descalzo hasta el parque los Caobos junto a mi compañera (la almohada). Allí exploré otras formas de mirarla, la amarré de un poste, de los árboles, buscando contraste entre su forma, su color y las texturas opuestas a su tela. Intentando situarla en un lugar anticonvencional a su función y referencia formal.

La almohada, resultó una compañera de dolores y goces afectivos. Me sintió sudar, me acompaño en mis fiebres, presencio la alegría de mis mejoras y fue mi cómplice subversiva
contra el arte negociable…


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