OBJETUAL Caracas
Documentación de Convivencias

Convivencia 1
Ignacio Pérez
Del Domingo 03 al Miércoles 06 de Febrero de 2008

Anotaciones


Día 0: Entrega
Domingo, 3 de febrero de 2008

Ya tengo la almohada conmigo. Estoy en la calle y ando con ella. La gente se me queda viendo. No sé quién es más atractivo, si ella o yo. Creo que atractivos somos los dos juntos: lo que yo hago con ella y lo que ella hace conmigo. Es carnaval. Todos tienen un disfraz. Nadie pasa desapercibido y a la vez, nadie existe a mi lado. Son las 7:03 pm, tengo un poco de sueño. Me pongo la almohada en la cabeza porque es allí donde la siento. Me gusta. Cuanto esperaba este momento, mucho, mucho. La almohada es un objeto físico que se me hace muy mental. De pronto, yo existo en la curiosidad de los otros gracias a ella. Y no solo es por su presencia física. Ella me altera como sujeto entre los sujetos. Ella me diferencia, me altera hacia no se que límite. Camino en el intersticio entre la objetividad y la subjetividad.

Día 0: Almohada y Casa
Domingo, 3 de febrero de 2008

Llevo la almohada a la casa. De noche, la pongo entre mis cosas y la suelto. Aunque me concentro haciendo otras cosas (la rutina domestica) la almohada se asienta en mi mente y en mi conciencia como un objeto persistente que lucha por no dejarse arrastrar hacia el olvido diario. Ella es algo nuevo para mi organismo, es ineludible incluso en el sueño. En lo privado de la casa, nos circunda la calma y el silencio. Lentamente voy percatándome de la historia múltiple y misteriosa que lleva impregnada la almohada. Ella es en si misma un documento, un testimonio de muchas vivencias pasadas. Y a la vez, receptáculo de vivencias por venir. No me hago prejuicios de su historia. La trato como un objeto de este presente, mi presente. Sé que juntos algún día nos extinguiremos.


Día 1: La Almohada y la Ciudad, los Otros
Lunes, 4 de febrero de 2008

La almohada en mi espalda, como la llevo ahora que escribo, es mi soporte, mi apoyadero para no caerme, para estarme cómodo junto a los demás. Como una cosa entre las cosas, en armonía. Procuro relacionarme de una manera distinta, aunque natural, con la almohada. La dejo botada entre mis cosas, la olvido minuciosamente, y sin embargo, de esa manera esta acompañándome. Me la amarro a la espalda con un teipe, luego con una pañoleta, para sentir más fuerte su presencia, para que me altere. Intento ser tan objeto como ella, como la almohada. Intento ser tan cosa hasta confundirme con las demás cosas que me rodean. Si la miro, me miro. Si la toco, me toco. ¿Que diferencia nuestras existencias? ¿Acaso no estamos igual de presentes en el mundo? Yo la observo pero ella no me observa, ella me acompaña, ella me da su existir, sin egoísmos ni titubeos. La almohada se me hace de pronto sinónimo de la humildad.

Me pongo en el acto de observar la almohada como una cosa entre las cosas. Observarla es la puerta de acceso al enigma de ser "sujeto" y "sujeto entre los sujetos". Porque ella, en este proyecto performativo de ser “otra cosa” siendo ella misma, es objeto de mi observación y espejo.

La almohada
Es puente
Entre la realidad
Y el sueño


Si llevo una almohada conmigo todo el día,
¿Estaré soñando? ¿Estaré despierto?


Día 2: La almohada, la calle y la noche
Martes, 5 de febrero de 2008

Camino por la calle este segundo día de convivencia y siento el peligro. Me encuentro sobre un banquito un montón de libros, entre ellos uno que se titula: “La percepción de la organización: clave para la comprensión del comportamiento del individuo en la organización”.

Día 3: La almohada, el viaje iniciático y la entrega
Miércoles, 6 de febrero de 2008

Observación sensorial
Objeto de Estudio: Almohada

GUSTO: Pasé la lengua 5 veces sobre distintas zonas del objeto y no percibí ningún sabor notable. Segunda toma: a la segunda toma percibí un cierto y leve sabor salado, que no diferencio del sabor de mi saliva y que me hace dudar si este sabor proviene del objeto o de mi boca.

OLFATO: Huelo distintas zonas del objeto y percibo olores con diversas densidades y permanencias. El olor más notable se me asemeja bastante al olor del sudor, dudo si el adjetivo es “alcalino”. También percibí cierto olor a tierra, a mata, proveniente seguramente de los lugares a los que lo he llevado. Sin embargo no percibo ningún olor que sea propio del objeto. Quizás una diminuta fragancia a “guardado”. De resto, los demás olores que no percibo me imagino han de ser olores también parecidos.

OÍDO: Coloco el objeto en distintas zonas sobre mis pabellones auditivos y percibo el sonido del contenido del objeto frotándose con mis manos. Es un sonido leve, chispeante, diminutivo. Su volumen, ante los demás sonidos del exterior, hacen que pierda predominancia para mi atención. Es notable no un sonido sino una capacidad del objeto de hacer un efecto “cortina” ante los demás sonidos del exterior que me hace percibir un espacio interior del objeto por donde pasan los sonidos, rozan, se camuflan.

VISTA: Veo con atención como la superficie del objeto presenta diversas manchas oscuras que resaltan ante su color original blanco. Percibo arrugas y costuras en diversas zonas y desgaste notable en otras zonas pequeñas. Veo su forma no uniforme debido a la distribución del contenido por el uso. Veo adherencia externa o interna de materias ajenas y diminutas como pelos, trocitos de hojas y otros no identificables. A mis ojos se ve sucio, más no inmundo. Se ve distinto a otros objetos aunque no ha perdido aún su “identidad”. Es decir, es identificable como el objeto original que es: una almohada.

TACTO: Toqué con mis manos distintas zonas del objeto y percibo asperezas en su totalidad, en diferentes grados y volúmenes. No es completamente agradable como otros objetos de su naturaleza pero tampoco tiene la aspereza de una piedra de la calle. Pude sentir los diversos volúmenes de la distribución interna de su contenido y zonas en donde solo tocaba los dos extremos de su tela envoltoria. Lleva adherencias de otros materiales casi “indivisibles” al tacto. Me pasé una zona del objeto por la cara y la sensación no fue agradable. Agradable si fue su esponjosidad, su capacidad maleable y su temperatura ambiente. Hay que decir que este objeto esta cargado de energías corporales y de otras procedencias que nos recuerdan su historia como objeto artístico, no como un objeto de museo, sino de la vida.


OBJETUAL Santo Domingo (2008)
OBJETUAL Caracas (2008)
OBJETUAL Belo Horizonte (2006)